jueves, 28 de febrero de 2008

¿QUÉ ME PONGO HOY?



El primer contacto que tenemos con una persona desconocida es determinante para la relación posterior.
La primera impresión se forma en los cinco primeros minutos de conversación, esto pasa en el trabajo, amistad y amor. Durante esos cinco primeros minutos nos predisponemos o no a conocer al otro, por lo tanto, si la cara es el espejo del alma y la primera impresión dicen que es la que cuenta, procuremos ofrecer una cara sonriente, con ella le estamos diciendo a nuestro interlocutor que, tal vez, merezca la pena esperar un poquito y conocernos mejor.
Jorge Luis Borges cuenta una anécdota, en una entrevista, donde habla de esto y mucho mas, si tenéis tiempo, merece la pena leerla.
"Recuerdo una frase que le atribuyen a Lincoln; bueno, él necesitaba un secretario, y le trajeron, no sé por qué, una serie de fotografías, y él miró una de ellas y dijo: no. Y alguien le replicó: bueno, pero este señor no es responsable de su cara. Y Lincoln le dijo: cumplidos los treinta años, cada hombre es responsable de su cara" Jorge Luis Borges


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Segun el dibujo mañana toca cara de animadillos no?
Ánimos a todos que ya estamos a viernessss!!
MUAMUA

Marian dijo...

Creo que más que la cara, son significativos los ojos.
Las personas no todas somos guapas y agraciadas pero al mirar a los ojos vemos muchas cosas.
Besos

Anónimo dijo...

Me gusta que la gente me mire a los ojos!
A mi también me parece que los ojos de una persona es lo más puro de cada uno.
MUAMUA

Noemí Pastor dijo...

Hola, qué tal. Te devuelvo tu amable visita con un poco de retraso. Espero volver por aquí en otro momento, a disfrutar con tus textos. Un beso cariñoso.

Manuela dijo...

Es cierto que ofreciendo una buena cara y una sonrisa se llega mejor a la gente y se crea un efecto de feed-bak. Pero en esta ocasión voy a hacer de abogado del diablo y digo esto porque en mi trabajo estoy muy expuesta a la vista de bastante gente y es duro en ocasiones tener que ponerse una careta y disimular tu estres, enfado o crispación. Somos personas y no siempre estamos risueños y animados, en ocasiones estamos enfadados, frustrados o tristes y el esfuerzo para disimular estos estados de ánimo son un añadido más a los sinsabores que a veces produce el trabajo.
En la oficina tengo un cartel que dice "hoy sé amable, hoy serás más feliz" y es cierto, tan cierto como que también hay que respetar esos días en que no quisieras ver a nadie ni que nadie te viera. No sé si me explico.
Saludos

mreina dijo...

Manuela te explicas perfectamente. Muchas gracias a todas por vuestro comentario

niobe dijo...

interesante teoría.
llegados a una edada hya que saber que cara poner, o mejor dicho, ponerse cada mañana.
Un saludo