domingo, 26 de octubre de 2008

ArtFutura


Todos los años sigo con atención esta feria que auna arte, tecnología, pensamiento y mucho más.
Cuando entro en la página de ArtFutura procuro abrir mente y corazón para dejarme bañar por las nuevas corrientes y salgo renovada por la experiencia.
Hay que hacer un esfuerzo, no por estar a la última y sí por abrir nuevo surcos en nuestro cerebro que nos permitan incluir puntos de vista muy alejados del nuestro. Tal vez de esta forma demos con una solución creativa a los problemas del hombre de hoy.
Os dejo un vídeo de un artista bastante conocido THEO JANSEN
Espero que os guste.

domingo, 12 de octubre de 2008

EL GRAN DICTADOR


El Gran Dictador es una de las películas que no perdieron actualidad con el paso de los años. En esta escena que os traigo el dictador mueve, juega y maneja el mundo.
Reflexionando sobre la crisis mundial que padecemos parece que es el dinero el dictador de este siglo XXI. Gobiernos y gobernados tiemblan, todos tememos perder algo: poder, nivel de vida.
El panorama es triste, no por la situación si no por la conciencia de darme cuenta de que si me atreviera a bajarme de ese globo de plástico, si fuera capaz de simplificar mi vida y dar importancia a lo que me hace feliz, no tendría que sufrir los caprichos del dictador.
Pero....el viernes me compré una secadora .....soy pura contradicción.

sábado, 4 de octubre de 2008

LA RANA HERVIDA


Si ponemos una rana en una olla de agua hirviendo, inmediatamente intenta salir. Pero si ponemos la rana en agua a la temperatura ambiente, y no la asustamos, se queda tranquila. Cuando la temperatura se eleva de 21 a 26 grados, la rana no hace nada, e incluso parece pasarlo bien. A medida que la temperatura aumenta, la rana está cada vez más aturdida, y finalmente no está en condiciones de salir de la olla. Aunque nada se lo impide, la rana se queda allí y se cocina. ¿Por qué? Porque su aparato interno para detectar amenazas a la supervivencia está preparado para cambios repentinos en el medio ambiente, no para cambios lentos y graduales.

Las grandes crisis, como el agua hirviendo, nos hacen saltar; si no perdemos los nervios podemos reconducir nuestro camino, es decir, dirigir nuestro rumbo hacia dónde queremos ir realmente. Si como la rana estamos en aguas templadas y no nos detenemos de vez en cuando, para analizar hacia donde nos dirigimos, puede que acabemos cocidos sin darnos cuenta. Pongamos conciencia en nuestra vida. Paremos nuestro ritmo unos momentos, no sea que un día nos sorprendamos preguntándonos cómo llegué hasta aquí y sin fuerza para cambiar.
La parábola es rica en conclusiones, tiene muchas lecturas, que cada uno saque la que le sirva.